Apicultura sostenible y ecologíaEl camino del plástico

18 mayo, 2019by alpispa0

Debido a su largo tiempo de degradación y su fácil dispersión por viento y agua, hoy en día puedes encontrar plásticos en puntos tan diferentes como la cima del Everest y hasta a 10.000 metros de profundidad en el océano. La pregunta es fácil pero su respuesta no tanto.

¿Cómo ha llegado el plástico a la colonización de todos los ecosistemas?

Hoy en día solo el 9% de todo el plástico que hemos producido y consumido hasta la actualidad a nivel mundial se ha reciclado, el 12% se ha incinerado, y la gran mayoría, el 79%, ha terminado en vertederos o en el medio ambiente. Aquí puedes encontrar toda la información sobre le reciclaje en un post anterior.

Todo comienza con la degradación de los restos de materia orgánica animal descompuestos a presiones enormes y condiciones anaerobias atrapados en formaciones geológicas. Esto originó el petróleo, el pilar básico de nuestra sociedad y economía en los últimos 150 años y el causante de la mayoría de desastres ecológicos a los que nos enfrentamos. Bueno realmente el causante es el consumidor, nosotros.

Este petróleo se procesa mediante diferentes reacciones químicas para la obtención de un polímero de fibras de carbono totalmente resistente e inerte, el plástico. A partir de este punto sucede una serie de catastróficas desdichas las cuales están tan automatizadas que ni las tenemos en cuenta.

De casa al mundo

El mundo de plástico en el que vivimos lo tenemos tan asimilado en nuestra sociedad de consumo que es como un acto reflejo, coger un guante para meter 4 manzanas en una bolsa de plástico. La bolsa durará más, pero el guante ya ha cumplido su propósito vital de 5 segundos de evitar ensuciar la fruta… como si la cascara solo fuera de adorno.

Vamos a vivir la aventura del guante de plástico desde dentro, narrando el camino en tercera persona, una referencia a La Metamorfosis de Franz Kafka en estado puro.

Parados en el cubo de basura de cualquier supermercado durante el día, recogen en la noche los guantes entremezclados con restos de frutas y hojas de verduras. Comienza el viaje en el camión de la basura hasta el vertedero más cercano, sólo si tenemos suerte y una rafaga de viento no los saca volando del camión a descubrir mundo.

¿Vertedero o medio ambiente? El cara o cruz de la polución

Aleatoriedad, esa es la definición de esta elección. una moneda, unos dados o cualquier objeto de azar valdría para definir dónde va a terminar.

  • Si llega a la planta de reciclado, es muy probable que en la cinta transportadora no lo seleccionen al ser un guante de polietileno y por tanto mi reciclado conlleva mucho esfuerzo y dinero que no les interesa. La opción mas factible es el vertedero. Agolpados contra los muros del camión, comienza el descenso a su tumba, donde esperará 300 años bajo tierra hasta su degradación. La incineración es otra opción, acabando como un factor contaminante más de cualquier ciudad para provocar reacciones alérgicas, asma, etc.

Pero el camino se vuelve más interesante y enrevesado si sucede la segunda opción, practicamente es imposible de determinar su destino

  • El guante de plastico descubrirá que el mundo no es solo un supermercado y que su vida útil no dura solo 5 segundos. Dependiendo de si el punto de origen es una zona geográficamente sin mar, el camino no durará mucho. Lo más probable es que se quede atrapado en la cuneta de una carretera próxima a una ciudad. Allí pasará sus últimos días durante cientos de años sufriendo los factores medioambientales como los rayos solares, el viento, la lluvia, etc. Acabará convirtiéndose en trozos de plásticos de menor tamaño, microplásticos, progresivamente sobre una superficie si no pasa a la cadena alimenticia a través de la boca de un animal. Un final agonizante para un objeto que sólo sirvió para un uso.
  • En una zona próxima al mar el viaje es mucho más apasionante, donde corrientes marinas y fuertes vientos pueden hacer que el guante sea el próximo Vasco de Gama. Este proceso es toda una incertidumbre, pudiendo quedar a la deriva en la superficie del océano durante años o bien que las olas lo empujen y lo dejen arrinconado en las rocas de un acantilado. Imposible de saber qué le deparará con exactitud.

Es difícil cuantificar el tiempo que tarda en biodegradarse el plástico en los océanos pero se considera que es bastante más lento que en tierra. Una vez que el plástico queda enterrado, pasa a la columna de agua o queda cubierto por materia orgánica o inorgánica (lo que es muy frecuente en el lecho marino) queda menos expuesto a la luz solar, y disminuyen las temperaturas y el oxígeno, lo que retrasa su degradación. Durante todo este tiempo. es muy posible que pueda afectar a cualquiera de las 700 especies marinas que se ven perjudicadas, convertirse en microplástico acabando incluso en el estómago humano o bien, varado en un playa.

Distinto final, misma conclusión

Un largo camino que SIEMPRE ES PERJUDICIAL. Cada año, más de un millón de aves y más de 100.000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de todos los plásticos que llegan al mar. Cada año en Europa el número de muertes por polución asciende a 790.000 siendo un factor de riesgo muy grande para enfermedades de tipo cardiovascular y respiratorias.

Yo sigo aquí pensando (y quiero que tú hayas llegado a la misma conclusión), con lo fácil que hubiera sido rechazarlo desde un inicio para ahorrar todo el camino y las graves consecuencias que tiene para la salud humana y para el medio ambiente. Una fracción de segundo de decisión en tu mente determina su destino y el de toda la cadena de acontecimientos que le depara.


alpispa

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