Por mucho que odiemos los plásticos, ellos no son los culpables directos de la situación dramática en la que nos encontramos hoy en dia, son un simple intermediario que nosotros hemos llevado a la cima de la producción en la sociedad de consumo en la que vivimos.

Las tiendas se han convertido para la sociedad en unos centros de consumo donde, gracias al lavado cerebral de marketing creado por las grandes marcas, la gente basa su actividad lúdica en comprar. En todas esas compras el plástico es el principal actor.

El actor principal

Las ventajas que suponen los plásticos son gracias a sus propiedades físicas únicas como la maleabilidad, ligereza, solidez, aislamiento, etc… y claro es, a su bajo coste de producción, siendo el mejor actor para la interpretación en todos los ámbitos de la vida diaria.

Los plásticos son compuestos sintéticos formados por polímeros, macromoléculas que tienen su origen en enlaces de carbono. Hay muchas fuentes de recursos naturales de las cuales puedes obtener plástico como celulosa, caucho o almidon de maiz, pero sin duda los derivados de hidrocarburos y combustibles fósiles lideran el ranking. De todos ellos se pueden derivar plásticos reciclables, y de los derivados vegetales puedes obtener plásticos biodegradables.

De la tienda al medio natural

La fabricación de plásticos biodegradables vegetales ahora está en plena expansión debido a la crisis ambiental y a la disminución de las reservas de hidrocarburos, pero los lobbies comerciales de hidrocarburos no lo ponen tan fácil ya que ellos copan el mercado con precios de producción y distribución ínfimos comparados con los de origen vegetal.

Las ventajas de las que nuestra sociedad se ha beneficiado desde la década de los 50 tenía una cara B, una cara oculta que nos ha explotado de lleno ya que estas ventajas se han convertido en su gran inconveniente. Esta solidez, aislamiento y durabilidad de la que presumía el plástico se han convertido en nuestro peor enemigo al convertirse en residuos de gran resistencia que permanecen inalterables durante cientos de años.

Además al verse expuestos a factores ambientales como el sol o el viento, se dispersan y se fragmentan por todo el medio terrestre y el medio marino, por lo que no nos queda ningún solo lugar para esconderse de ellos.

Modelo económico lineal de producción

Les traeremos más post analizando todo en profundidad, así como consejos para combatir el plástico en su vida diaria, así como las políticas que quieren instaurar los gobiernos y el análisis de los modelos económicos de producción que nos han llevado a esta situación.

Este modelo económico lineal de producir, usar y tirar, que ha generado una gran riqueza hasta ahora, ya no funciona al haberse visto un aumento desorbitado de los residuos plásticos y la degradación que provocan al entorno incluso provocando la muerte de animales.

El comportamiento social e individual pasivo y de comodidad se ha acabado. No queremos tener un planeta plastificado, por mucho que a las élites económicas les suponga un mayor beneficio al reducir costes de producción y reciclarlo, esa no es la solución.

Reducir es el camino.

alpispa

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